En un mundo cada vez más interconectado y consciente, la integración de la sostenibilidad, la innovación y la tecnología con perspectiva de género emerge como un camino hacia un futuro más equitativo y próspero. Esta sinergia no solo impulsa el progreso, sino que también redefine la manera en que abordamos los desafíos globales.
Nos encontramos ante la confluencia de tres factores que actúan a la vez que están tomando fuerza cada vez más rápido.
– La inteligencia artificial generativa (IA) está avanzando a pasos agigantados con el uso de plataformas en abierto y en su versión de pago muy asequible. Además de la archiconocida ChatGPT encontramos plataformas de IA dirigidas a personal de investigación, profesionales de la creatividad. La gran mayoría con versiones gratuitas y de pago asequible. La tecnología y las personas ya se ven como inseparables. Todos hemos comprendido que es importante actualizar todos nuestros conocimientos y aptitudes, pero también es importante tener presente que vamos a un entorno de convivencia (no de sustitución) donde personas y tecnología trabajan juntas (cultura 5.0)..Sin embargo también nos llegan mensajes sobre futuros distópicos si no se regulan con ética y normativa. ¿Cómo gestionar esto si no hay acuerdos marco rápidamente?
– Hemos entendido que las empresas deben de generar negocio, sí, pero no a costa de todo. Queda lejos la RSC, y la sostenibilidad ya se relaciona directamente con criterios ESG (Enviroment, Social, Governance) que tienen muy presente cómo mitigar riesgos en los ámbitos sociales y ambientales pero también que un buen liderazgo basado en el empoderamiento y las relaciones de confianza con nuestras cadenas de valro condiciona todo el resultado. Se ha pasado de ser un aspecto voluntario a ser un aspecto normativo en la Unión a Europea para muchas empresas. Ya no es lo que haces, sino cómo lo haces, para qué lo haces y qué obtienes, desde la transparencia. La información financiera y no financiera ya están al mismo nivel.
– Miramos de reojo la desigualdad, como un factor creciente, pero no aprovechamos suficientemente el valor de la diversidad para generar valor compartido, dentro y fuera de nuestras empresas, especialmente en relación con la igualdad de oportunidades. Es un tema estructural que no será fácil cambiar, a pesar de la normativa y los avances. Contar con visiones diferentes genera valor y oportunidades a todos los niveles, especialmente si tenemos presente que contamos con mujeres muy formadas y que quieren aportar valor. En nuestra organización, en nuestras cadenas de valor (junto a nuestros clientes, proveedores, consumidores finales:…).
La igualdad de oportunidades no debe aplicarse sólo porque lo marca la ley. La igualdad transforma la base del modelo económico y social . Este enfoque no sólo nos permite adaptarnos (está muy en boga el término «agile» para innovar, sino detectar situaciones de oportunidad, generando impacto social y calidad de vida, a la vez que cuidamos el planeta a través de medidas asociadas a al economía circular, anticipándonos y generando los conocimientos y habilidades necesarios. ¿Porqué el talento femenino sigue teniendo problemas para llegar a posiciones de poder? Este tema da para otro debate, sin ninguna duda.
La clave está en NO trabajar en silos verticales, sino en conectar dimensiones, esferas y áreas aportando cada cual lo que sabe hacer mejor. Sin generar humo y situaciones utópicas. Bajando al terreno y la realidad de cada organización. De ahí que la sostenibilidad y la innovación sean indivisibles. De ahí que las personas y la tecnología vayan de la mano, y también de ahí, que la ética y la transparencia sean claves para generar confianza y trabajar conjuntamente. Laconfianza no se genera sola. Se gana. Y es la que determinará nuestro futuro, queramos o no.
No se trata de imponer y confrontar. Sinó de dialogar, desde la información que todos damos como válida, desde el respeto, un lenguaje común y un plan de acción compartido que conecta las diferentes dimensiones (sostenibilidad, innovación e igualdad de oportunidades) a todo lo que hacemos. Este enfoque nos identifica, nos diferencia y nos posiciona, pero también genera credibilidad si lo acompañamos de hechos medibles.
¿Qué beneficios puede aportar esta visión conectada?
1. Sostenibilidad: Un Compromiso con el Planeta y las Personas
La sostenibilidad no se trata solo de preservar nuestro planeta; también implica la creación de sociedades justas y equitativas. Al incorporar prácticas sostenibles en todas las áreas, desde la producción hasta el consumo, contribuimos a la conservación del medio ambiente y al bienestar de las comunidades, además de ser más eficientes y competitivos. La competitividad no debería estar reñida con la justicia social. De hecho, desde hace años trabajo en iniciativas que integran estos dos conceptos con éxito. Además, al adoptar una perspectiva de género, garantizamos que los beneficios de estas prácticas se distribuyan de manera justa, empoderando a mujeres y niñas en todo el mundo y por tanto, favoreciendo a toda la sociedad, independientemente de su sexo o género.
2. Innovación: Motor de Cambio y Desarrollo
La innovación impulsa el cambio, y la inclusión. En numerosas charlas y congresos hablo de la diversidad como elemento de innovación y competitividad, con hechos. Pero también hablo de calidad de vida, de desarrollo personal, de cultura inclusiva. De buen ambiente de trabajo. Una cultura que favorece la innovación, favorece la experimentación y por tanto es respetuosa, curiosa, fomenta el diálogo y empodera y reconoce el talento.
. 3. Tecnología: Herramienta para la Igualdad
La tecnología no solo simplifica nuestras vidas, sino que también puede ser una poderosa fuerza para el cambio social. He contribuido a crear proyectos centrados en la tecnología para la igualdad en las empresas y en la sociedad centrados en las mujeres. La brecha digital y la brecha salarial van de la mano. Hay muy pocas mujeres en la industria y esto viene de lejos. La educación (reglada) es un factor clave pero también es importante acompañar a los equipos docentes. Los sesgos los tenemos todos en mayor o menor medida. Una educación sin sesgos favorece la mitigación de las profesiones masculinizadas. Pero a la vez, esas mujeres ingenieras, mecánicas, albañiles o del mundo de la logística deben encontrar entornos acogedores. No siempre es así.
La integración de la perspectiva de género en el diseño y desarrollo de tecnologías asegura que estas no reproduzcan ni refuercen estereotipos de género, sino que promuevan la igualdad y la inclusión. Desde aplicaciones educativas hasta soluciones de inteligencia artificial, la tecnología puede ser una herramienta poderosa para empoderar a las mujeres y promover la igualdad de género.
4. Impacto Global: Construyendo un Mundo Sostenible e Inclusivo
En resumen, la integración de la sostenibilidad, la innovación y la tecnología con perspectiva de género es clave para construir un futuro donde la igualdad, la justicia y la prosperidad sean accesibles para todas las personas. Identificar que tenemos sesgos favorece que visibilicemos situaciones no deseadas en pro del talento, el impacto positivo y la transformación social y económica.
La ola está aquí y es imparable ¿Surfeamos o nos damos de bruces?
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Imma Pérez