Lo admito! No soy una feminista al uso pero sí convencida desde el pragmatismo. Estoy acostumbrada a moverme en entornos de mayoría masculina donde me tratan exquisitamente, porque lo prioritario es el conocimiento. Y aunque no siempre fue así, después de unas cuantas decisiones tengo una vida profesional plena y me encanta mi trabajo.
Sin embargo, parece que vivamos en el día de la marmota en referencia a la visibilización del talento femenino.
De inicio, tenemos claro que el 50% del talento corresponde a las mujeres (por ser la mitad de la población) y es igual de válido para impulsar iniciativas, poner en marcha proyectos, dirigir PYMES y grandes corporaciones, dirigir administraciones e impulsar investigaciones que cambiarán el mundo. ¿Por qué sigue habiendo este desequilibrio en referencia al género?
Pues aún estamos (casi) igual. Hace más de 20 años que estoy comprometida con causas que tienen relación con el empoderamiento femenino, bien a través de la gestión de proyectos, colaborando en iniciativas o a través de cambios culturales en empresas. Ha habido avances, pero también retrocesos,y lo que es peor seguimos con noticias idénticas a hace 10 años.
No se trata en absoluto de sustituir una imagen por la otra. Se trata de sumar, de complementar, de aportar visiones diferentes, de tener un enfoque diverso, que impulsa la creatividad, la innovación disruptiva e iniciativas de alto impacto. Tal como indica Ana Mercadé, Directora del Observatori Dona, Empresa i Economia de la Cambra de Comerç de Barcelona (ver entrevista en Educaweb), las mujeres son verdaderos agentes de cambio en las empresas. No aprovechar este talento es una pérdida de oportunidades para generar, entre otras muchas cosas positivas, competitividad. Esta visión diversa incide en la innovación de un país y en la calidad de vida, por ofrecer soluciones adaptadas a diferentes necesidades. De nuevo, aparecen los Objetivos de Desarrollo Sostenible donde un aspecto impacta en otros.
Y seguimos anclados en un modelo que resiste el cambio, especialmente en España. Es sintomático que en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ver estudio realizado por Forética «Los objetivos de Desarrollo Sostenible: un trienio después») los peores indicadores para nuestro país corresponden a desigualdad y generación de alianzas.
Casualmente algunas de las causas de la desigualdad son el nivel de estudios, la precariedad laboral y su relación con la pobreza feminizada (si además se trata de una familia monoparental, el problema se acentúa mucho más).La desigualdad de género es el telón de fondo.
Seguimos sin ver que se está creando un «gap» creciente entre situación actual y oportunidades de futuro donde la apuesta por el talento, la innovación y la sostenibilidad son claves en un entorno volátil, incierto, cambiante, ambiguo (VUCA), globalizado y conectado y en una sociedad donde el poder de compra es cada vez más consciente y exigente.
Pero ¡no todo es negativo! Hay empresas realmente innovadoras que permiten desarrollar el talento de manera exponencial.
En mi opinión, un buen indicador que orienta sobre el grado de desarrollo de una cultura innovadora (y por tanto tiene el ADN innovador incorporado en su día a día) es la proporción de hombres y mujeres en la dirección, pero donde no se establece la paridad por norma. Son pocas, por este motivo suele ser necesario generar medidas para promover cambios hasta que la igualdad sea realmente asumida. También orienta ver qué posiciones ocupan las mujeres en un organigrama, es algo que una persona con talento procura analizar en la medida de lo posible, antes de decidir donde va a trabajar. Aviso para navegantes.
Mujer y empresa. ¿Cómo nos va? Pues podría ser (mucho) mejor.
En referencia al emprendimiento:
Según el último mapa del Emprendimiento South Summit 2017, del total de personas emprendedoras en España, sólo un 18% son mujeres, sin embargo el índice de supervivencia de estas empresas duplica al de las empresas lideradas por hombres (27% vs 59%). Lo hacemos bien emprendiendo y dirigiendo PYMES ¿Por qué no emprendemos más mujeres? Luego comentamos…
En referencia a las empresas del IBEX 35:
Actualmente sólo hay 4 máximas ejecutivas de una corporación en el caso del IBEX 35 (un 11% del total), casualmente dos están al frente de dos entidades bancarias (Santander y Bankinter).
Según el estudio elaborado por IESE y Atrevia,»Mujeres en los Consejos de Administración» actualmente sólo un 23% de las empresas cuentan con al menos una mujer en sus consejos de administración, representando el doble respecto al 2010.
Si miramos atrás y vemos lo que establecía la Ley de Igualdad en 2007 (40% ) o lo que recomienda el Código de Buen Gobierno para 2030 (30%) vamos tarde.
¿Dónde se focaliza este problema?
Es una combinación de cuatro variables
1. La primera y más importante es el peso de la influencia social, de los estereotipos de género. No hace falta detallar que no estamos en una sociedad igualitaria, aunque se diga lo contrario. Seguimos sin entender que, independientemente del género, edad, estado civil o organización familiar, esta situación seguirá enquistándose si no pensamos en que todas las partes salen reforzadas. Los comportamientos son muy mejorables… ya sabemos a qué nos referimos.
Por tanto es necesario poder compatibilizar nuestro tiempo (laboral, familiar, personal) para lo que deseemos hacer: estudiar, atender a nuestros familiares o jugar al fútbol… o relajarnos, sencillamente. Ir más allá de la conciliación, una palabra, que en mi criterio está desfasada.
Esta variable está muy presente en la generación millenial, que ya está incorporada al mundo laboral pero también es prioritario para la generación Y y la generación Z que en breve se incorporarán. Todos ellos buscan salario económico, pero sobretodo una empresa que les permita desarrollarse como personas y participar en la generación de impacto positivo. Volviendo al inicio: necesitamos talento diverso, ¿verdad? Pues la diversidad de edad también es un plus en la empresa, por no hablar de diversidad funcional y de otras muchas.
2. El aprendizaje también es esencial, especialmente en el ámbito educativo. La universidad es importante, sí pero la educación primaria es esencial, especialmente en los primeros años de vida donde se establecen los estereotipos.
Seguimos teniendo unos bajos índices de estudios de mujeres relacionados con profesiones STEM. Núria Salan, Doctora de Ciencia de Materiales, Ingeniera metalúrgica y profesora de la UPC habla muy claro en este TEDxReus. (video inglés/catalán)
Cuando estudiamos el «mapa de empatía» del alumnado (¿ porqué escojo unos estudios y no otros?) , tiene mucho qué ver qué tipo de profesorado has tenido, y en el caso de las profesiones de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) incide especialmente el género de quien imparte la clase. la UNESCO afirma en un informe que la elección de estudios está condicionada por el hecho de que la mayoría de profesores son hombres. Sin embargo, cuando se han empezado a incorporar mujeres en las profesiones STEM, el número de alumnas crece. Quizá sea necesario situar el foco en este punto hasta que ya no sea relevante.
3.Sin embargo nos encontramos con empresas que quieren incorporar talento diverso y no lo encuentran. Es un grupo minoritario de organizaciones pero también las hay. Son realmente innovadoras, apuestan por el talento diverso e incorporan la perspectiva de género porque conocen sus beneficios, pero que no encuentran candidaturas. Está muy relacionado con el punto 2: los niños y niñas que estudian hoy son los ingenieros, ingenieras, matemáticos y matemáticas , químicos y químicas del futuro.
4. Y por último, estamos nosotras: las mujeres de una cierta edad que hemos vivido con «esa mochila», que nos hemos dado cuenta que no todo era tal como nos lo contaban y tratamos de hacer avances.
¿Qué podemos hacer al respecto? Fomentar nuestro autoconocimiento, buscar espacios donde podamos desarrollarnos como mujeres profesionales, directivas o emprendedoras, on line o presenciales (sé de una buena relación de iniciativas que funcionan muy bien) ¡Valorémosnos más! No sumemos al techo de cristal un techo de cemento autolimitante.
Conversemos con nuestros hijos e hijas para que tengan sentido crítico y valoren la diversidad, que es clave para la tolerancia y para la generación de sociedades igualitarias.
Las habilidades necesarias para el trabajo en un futuro (resolución de problemas complejos, colaboración, creatividad, inteligencia emocional, flexibilidad cognitiva…) no son atribuibles a ningún género en concreto pero sí se fomentan a nivel social más en unos que en otros. Todo el mundo contamos de base con las mismas habilidades a entrenar.
La visibilización del talento femenino es positiva para toda la sociedad. Saquémosnos las piedras de la mochila y caminemos de la mano.
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